EL BRACO ALEMAN, la raza del momento

Debemos empezar asimilando que la caza en nuestros días, tiene poco o nada que ver a lo que era décadas atrás. En los tiempos que corren, lo que todos los verdaderos cazadores perseguimos por encima de todo, es la calidad del lance. Buscamos esos pequeños momentos que aunque efímeros, permanecerán inamovibles en nuestros rincones más profundos.

¿Para qué abultar nuestras perchas de formas poco ortodoxas con el único fin de pregonar a los cuatro vientos que hemos colgado más piezas que el vecino de al lado? Antes quizás, esto era importante, pero ahora ya no se caza para comer, la caza en el siglo XXI es algo más que un deporte, es un sentimiento tan especial que sin él, muchos de nosotros, no seríamos los mismos.

Vivimos en una época dónde las piezas cinegéticas brillan por su ausencia en la gran mayoría de nuestros acotados y por suerte, cada día somos más conscientes de que el perro de caza se ha convertido en el principal protagonista de nuestras salidas al campo y de hecho, en numerosas ocasiones, será él quien marque la diferencia entre pasar un frustrante día de caza o disfrutar del campo y la naturaleza junto a él. Personalmente, si tuviera que elegir una raza para compartir con ella cada uno de los lances que me queden por vivir y disfrutar de su trabajo cada fin de semana, esa sería, sin lugar a duda, el braco alemán.

El braco alemán es un trotador incansable, valiente, tenaz, inteligente, equilibrado, gran cobrador, de muestra firme y expresiva, con una gran facilidad para adaptarse a cualquier medio y especie, con un recorrido amplio pero siempre a la mano, y sobre todo, cazador polivalente. Si tuviera que definir con una sola palabra esta magnífica raza, esa sería “polivalente”; el braco alemán es la polivalencia hecha can y todo aquel que haya cazado con un buen braco alemán, sabrá de lo que estoy hablando. 

Esta raza tiene todo lo que un cazador de cualquier lugar del mundo desea en un perro de muestra.

Nuestro protagonista quizás no tenga una muestra tan estética cómo pueden tener las razas inglesas, es posible que no llegue a cobrar en puesto como un labrador, ni tenga las cualidades que pueden tener los podencos con piezas de pelo, incluso que no consiga ostentar el nivel de los especialistas en rastros de sangre con piezas de caza mayor, en cambio, esta raza es de las pocas que puede adaptarse a todas las situaciones anteriores y otras muchas más, con unos resultados más que aceptables y en algunos casos asombrosos.

El Deutsch Kurzhaar o braco alemán lleva seleccionándose concienzudamente durante el último siglo en centroeuropa y en especial en Alemania, cuna del actual braco alemán y pais de donde procede, con el principal objetivo de que la raza pueda solventar cualquier situación de caza real con la que nos podamos encontrar en nuestras salidas cinegéticas.

Este gran trabajo que han hecho multitud de criadores de toda Europa, ha dado como resultado el actual braco alemán, un perro cien por cien cazador, con grandes posibilidades de sacar nota en multitud de apartados y que pondrá todo su empeño para complacer a su dueño sin pedir nada a cambio.

CARÁCTER Y ADIESTRAMIENTO

La selección genética que se ha llevado a cabo durante las últimas décadas ha aportado a la raza gran cantidad de cualidades que todo perro de caza debería poseer. Pasión por la caza, vientos, instinto de muestra, de cobro y equilibrio mental. Un kurzhaar proveniente de líneas contrastadas, en un porcentaje elevado de los casos, (la cría es algo muy complejo y para nada matemático) portará estos genes cazadores desde que el perro nace, pero debemos de tener muy claro que de nuestro papel como adiestradores, dependerá que consigamos lo máximo de cada ejemplar.

Por norma general, el braco alemán es un perro que no es difícil de adiestrar, asimilando pronto nuestras enseñanzas y aprendiendo a pasos agigantados (aunque como en todas las razas hay ejemplares y ejemplares), pero hay que tener presente que sólo con un buen adiestramiento y dedicándole un mínimo de tiempo a nuestro amigo, podremos conseguir de él todo lo que lleva dentro.

Los bracos alemanes son inteligentes, inquietos, siempre tienen ganas de aprender algo nuevo cada día, muestran atención al conductor y suelen ser muy equilibrados mentalmente. Todas estas cualidades son muy útiles en su etapa de adiestramiento y nos facilitarán mucho las cosas y al mismo tiempo, ayudarán a nuestro alumno a asimilar lo aprendido fácilmente y con frecuencia, en no demasiado tiempo. Sin estas cualidades, posiblemente, no podrían ser sometidos a los adiestramientos exhaustivos y por otro lado, completamente necesarios, para pasar algunas de las pruebas alemanas de polivalencia como el IKP o el Kleeman, eventos estos, en los que se les presentan multitud de situaciones diferentes, en parajes dispares y que a pesar de ello, tienen que afrontar de la mejor manera posible.

El equilibrio y el carácter del braco alemán ayuda mucho en todo el proceso de aprendizaje.

EN CASA

En casa son perros que se trasforman completamente. Cuando permanecen en el hogar se convierten en otro componente más de la familia, tranquilos, obedientes, atentos a lo que pasa en su entorno. Algunos ejemplares incluso son excelentes como perros guardianes. Con los niños se comportan como auténticos padrazos, aguantando todo tipo de perrerías sin apenas inmutarse y convirtiéndose en muchos casos, en el peluche preferido de los pequeños (y no tan pequeños) de la casa.

A pesar de que todo lo anterior, es absolutamente cierto y que esta raza se puede adaptar perfectamente a cualquier hogar, debemos tener siempre presente que el braco alemán está concebido para cazar y, por lo tanto, necesita grandes dosis de actividad para que no vivan traumatizados y sobre todo, para que puedan ser ellos mismos. Sólo de esta forma nos podrán ofrecer lo mejor de su amplio repertorio.

EN EL CAMPO

Y por fin llegamos al entorno dónde el braco alemán se convierte en lo que realmente es, un magnífico cazador por encima de todo. El braco alemán cada vez que sale al campo se reinventa. Es ahí, en plena naturaleza, rodeados de empinadas laderas, en esos infinitos barbechos o en los montes más cerrados de nuestros acotados, donde nos deja abrumados con sus magníficas cualidades venatorias a todos los que, temporada tras temporada, somos espectadores privilegiados de lo que nuestros queridos ejemplares nos brindan con cada una de sus acciones. El braco alemán es feliz cazando y esa felicidad la transmite a su conductor.

Lo mismo le da cazar codornices en el rastrojo, liebres en el páramo o esperar en el puesto hasta que le mandemos cobrar la pareja de patos que han caído en la mitad del embalse. En todos los trabajos que realiza transmite alegría, poderío, control de la situación y una seguridad que transmite de manera directa al conductor. Un buen ejemplar dejará muy poca caza atrás. Ante cualquier indicio que haya detectado su finísimo olfato, no dudará en insistir una y otra vez hasta que esté seguro de no dejar nada atrás o hasta que consiga desalojar a su presa. A diferencia de otras razas especialistas en ciertos tipos de caza, esta es una raza que con un poco de experiencia puede adaptarse sin dificultad a lo que le pidamos. De esta manera, cazará de forma diferente si estamos cazando perdices en solitario que si estamos buscando a la esquiva becada o si perseguimos a los astutos conejos en ese piornal que sólo los grandes perros conejeros consiguen poner a tiro… la adaptación que tiene el braco alemán a los diferentes factores cambiantes con los que nos podemos enfrentar cada domingo es inigualable.

CODORNICES, PERDICES Y BECADAS

Por norma general, al ser un perro de pluma, quizás sean estas sus piezas preferidas y en las que más destaque. Con las codornices se puede llegar a convertir en un auténtico especialista, sin envidiar para nada a las razas inglesas, quizás más espectaculares, pero no por ello más eficaces. Muestras firmes y seguras con guiadas de lo más diversas (dependiendo de cada ejemplar), pero todas con el mismo resultado… ni las codornices más veteranas están a salvo. Si es necesario, no dudará en meterse en los perdidos y lindazos, donde no todos los perros llegan y desalojar a esas últimas codornices de septiembre. Una media veda generosa en africanas, acompañado de un buen braco alemán, nunca se olvida.

La perdiz es la reina de la caza menor, y el braco alemán, parece que también lo tiene claro, por ello, pondrá todo de su parte para conseguir ponernos a tiro un par de perdices de las de verdad, de esas que tanto nos llenan. Recorridos amplios, moviendo mucho terreno, con la cabeza alta para bloquear a las patirrojas desde lejos, elegante, guiadas seguras, algunas interminables… es espectacular verlos en acción. Una vez que conseguimos derribar alguna perdiz, nuestro compañero hará todo lo posible para dar con ella; sabe lo que ha costado ponerla a tiro e insistirá hasta conseguir traérnosla orgulloso de su trabajo. Con perdices de ala, los ejemplares con experiencia, hacen un trabajo formidable, habiendo presenciado algunos de esos cobros que aún teniendo ya la perdiz en la mano, no te explicas cómo ha sido capaz de recuperarla.

La becada es otra de las piezas que en la península podemos disfrutar y su carisma no deja indiferente a todo aquel que la intenta conocer domingo tras domingo. Por su facilidad de adaptación, su tenacidad y dureza, estoy seguro que un braco alemán que pueda levantar un número mínimo de becadas al año puede ser un gran becadero. Un perro becadero necesita todo lo que el braco alemán puede tener; amplio recorrido, instinto de caza, independencia, iniciativa, una muestra que jamás rompa y facilidad para cobrar en zonas enmarañadas. El kurzhaar no tendrá problemas en poner en práctica todos estos requisitos.

Por desgracia, en mis lugares habituales donde cazo, no hay una población alta de esta enigmática ave, pero aún así, algunos lances me han brindado para recordar y que hacen reafirmarme en lo anteriormente expuesto.

La polivalencia es el apellido del braco alemán.

LIEBRES Y CONEJOS

La caza de piezas de pelo es otra de las cualidades que menos se conocen de nuestro amigo. El braco alemán es un incansable buscador de rastros, valiente, sin temor por la maleza, capaz de salir demacrado pero habiendo desencamado al esquivo conejo. Hay ejemplares con muchas piezas mordidas, que pueden convertirse en auténticos especialistas, pudiendo seguir rastros frescos de la noche anterior, durante cientos de metros, hasta que desalojan o muestran a la rabona o al rabicorto. Un trío de bracos alemanes compenetrados y con cierta experiencia, son capaces de cazar como si de una collera de podencos se tratara, dejando el pabellón muy alto. Otro aspecto que se valora mucho, sobre todo para los que han cazado siempre con perros conejeros, es la cualidad que ostentan muchos ejemplares de latir rastros o cuando llevan al conejo o a la liebre delante.

CAZA MAYOR

Por su valentía y poderío físico, son perros que no temen el cara a cara con ningún animal y no es para nada extraño que en nuestras jornadas en mano, nuestro protagonista nos sorprenda con una guiada de escándalo hasta llegar a un gran zarzal y a la orden, entrar como un tiro, sin importarle lo que allí se esconda.

Lo zorros tampoco se le resisten, pudiendo seguir rastros durante largas distancias, incluso pueden cogerlos a la carrera, darles muerte y traértelos hasta tu posición, y os aseguro que no son palabrerías.

Tampoco los rastros de sangre son ningún secreto para esta raza. Habiéndolo adiestrado para ello, el kurzhaar tiene la capacidad para seguir rastros de piezas heridas, aún habiendo pasado varias horas desde que efectuamos el disparo. (Esta es una de las muchas pruebas obligatorias que un braco alemán tiene que pasar de forma correcta para poder ser KS (campeón de trabajo en Alemania)).

EN PUESTO

Por si esto no fuera suficiente, son extraordinarios cobradores que con un adecuado adiestramiento, se convierten en tu mejor aliado para esperar a las esquivas tórtolas en verano o a las anátidas o zorzales en pleno mes de enero, teniendo completamente asegurado que la totalidad de las piezas que derribemos, engrosarán nuestras perchas gracias al trabajo de nuestro infatigable compañero, ya sea en terreno firme o en agua.

¿Y DE MALO? ALGO TENDRÁ DE MALO, ¿NO?

Por mi corta pero intensa experiencia con esta raza me es imposible ponerle un pero. Está claro que como en todos los ámbitos de la vida, tiene que haber de todo, (entre otras cosas, porque si no, esto sería muy aburrido) y el mundo del braco alemán no iba a ser una excepción.

Hay ejemplares excelentes, buenos, mediocres, incluso algunos decepcionantes pero aun así, no tengo ninguna duda en este aspecto; si ponemos algo de nuestra parte, por poco que sea, el braco alemán nos lo recompensará con creces en un futuro no muy lejano, con lances de ensueño que nunca olvidaremos.

Por último, quería comentaros que si estáis decididos a adquirir un ejemplar de esta magnífica raza, antes de nada informaros bien de las diferentes líneas, criadores, ejemplares, etc. Hoy en día cualquier impresentable puede sacar unas cuantas camadas al año, pone anuncios a diestro y siniestro y a esperar que algún pobre incauto «pique» el señuelo. Estos individuos, en muchos casos, no tienen en cuenta ni genética, ni condiciones higiénicas, ni la explotación a la que tienen sometidos a sus perros… eso señores, no es criar, estos «vende-perros», por llamarlos de alguna manera, sólo buscan ganar cuatro duros y cómo no tienen escrúpulos, no les importa jugar con las ilusiones de los cazadores, reírse de todo nuestro gremio o echar a perder una raza. Por suerte todavía quedan algunos locos que se desviven por esta extraordinaria raza y ponen todas sus ilusiones, esfuerzo y dedicación para que el braco alemán siga evolucionando y se mantenga como una de las razas punteras en nuestros acotados. Por eso, toda información que podáis recopilar es poca para hacer una elección correcta y conseguir ese braco alemán que haga honor a lo que en mi opinión es, la raza del momento.

(**Artículo publicado en la revista Trofeo Perros de Caza – Anuario 2009)